Víctor Cusquisiban, director de la Dirección de Energía y Minas del Gobierno Regional de Cajamarca, alertó sobre la expansión de la minería ilegal en la región, particularmente en las zonas cercanas a Pataz. Según sus declaraciones, los actores que financian estas actividades ilícitas están desplazando sus operaciones hacia localidades como Cajabamba, Sorochuco, Chugur, Sinchao, El Tingo y San Ignacio.
El funcionario explicó que, debido a las frecuentes intervenciones en Pataz, los responsables de la minería clandestina están migrando a otros distritos, incluso llegando a territorios tan alejados como San Ignacio. Allí, han sido detectados extranjeros, principalmente de Ecuador y Venezuela, que participan en estas actividades ilegales. La presencia de estos financistas y sus redes logísticas ha causado un aumento en los niveles de delincuencia en Cajamarca, especialmente en delitos como las extorsiones.
Cusquisiban destacó que los financistas de la minería ilegal operan en connivencia con propietarios de terrenos y concesionarios. En muchas ocasiones, los dueños de las superficies ceden sus tierras, y algunos concesionarios participan en el acuerdo, facilitando así la extracción ilícita. El financista, en este esquema, aporta el capital necesario para sostener estas operaciones clandestinas, que en conjunto generan un impacto negativo en la seguridad y el orden público en la región.
La problemática de minería ilegal en Cajamarca no solo afecta la economía formal, sino que también incide en un aumento de actividades delictivas, perjudicando la imagen de la región y poniendo en riesgo la sustentabilidad ambiental. Autoridades regionales continúan trabajando para frenar estas actividades y reducir su influencia en diferentes localidades de la región.


